jueves, 4 de febrero de 2016

CARTA A MI NUEVO NIETO                                                            
                                                                              Y ahora …….Felipe V
                                                                                    (mi quinto nieto)
Hace 40 años nos casamos con la abu Cris y 5 años después, nació tu mamá July. Éramos muy jóvenes y ya teníamos nuestro tercer hijo. Rápidamente, esa hermosa niña dejó paso, a una bella y gran mujer. Hoy, con Papá Facu, nos obsequian esta dicha. Este inapreciable regalo.

Recordamos anteriores momentos de máxima felicidad cuando nos anunciaron que ya habitabas en lo mas profundo de mamá. Un vientre lleno de vida que ocurre como consecuencia del milagro natural de dos que se aman. Plantando un ser en esta tierra donde es un placer ofrecer una vida.

Comenzaron espontáneamente a volar miles de proyectos. Tus movimientos. Las primeras ecografías tranquilizadoras al comprobar que todo era normal. Nos fuimos preparando en esa rutina excitante, que se desarrollaba como esa película repetida que da siempre placer volver a ver.

Todo pareció complicarse. Presagios de abandonar tu confortable guarida antes de tiempo llevaron preocupación. Estabas navegando en mar por momentos, agitado. La alerta sobrevolaba en silencio. Con pericia y finos cuidados de mamá dirigida por el viejo sabio, lograron arribar la nave a su destino.

.Todos los que te rodearon, ayudaron para lograr los resultados deseados. Como la culminación de una gran faena. Como si sintieran necesidad de probar sus deseos de tenerte. Llegaste y logramos calmar las ansias con la que te esperábamos.

Ese día, que el viejo brujo decidió que debías nacer, comenzó misteriosamente en paz. Las complicaciones quedaron despejadas. Todo transcurrió como lo estrictamente planeado. Con la sencillez y la confianza que tus padres decidieron hacerlo y que concluyó rápida y naturalmente con tu nacimiento.

Y al final te conocimos. Fue como un gran sol que apareció súbitamente entre las nubes para iluminarlo todo. Con la simpleza de tu belleza allí presente. Cautivando a quien quiera presenciar esa obra que llenó de orgullo a todos los que te sentimos parte de nosotros.

Al verte tan fuerte y frágil al mismo y tiempo, nos transportamos a lugares impenetrables que, al ingresar, nos llenaron de asombro. Se instalan recuerdos que se renuevan con fuerza. De cuando nació Pedro, de cómo era, si se parecen. Consolidando la familia que crecía irremediablemente.

Tus padres te llamaron Felipe. Elección desde que eras aún un proyecto que recién se iniciaba en las esencias mas profundas de mamá. Felipe significa, por su etimología, “Amigo de los caballos”. Se refiere a un hombre que tiene un carisma muy especial. Nace en él una fuerza que emana de su interior.

Al tenerte, pudimos transferir el cariño que fuimos acumulando. Te Incorporaras a esa banda de espléndidos forajidos a la cual, vos Felipe, tomaste justas credenciales. Con Isa, Pepi, Keca y Berni, nos trasladaron a viejas celebraciones, con el hechizo y la inocencia que solo ustedes, hoy nos vuelven a dar.

Ante tu nacimiento, tus abuelos y tíos crecieron. Aprendieron a ser Papa, Mama, Papa Noel y Reyes Magos. Ya veras que los niños tienen esa magia que se incorpora en lo mas íntimo de su ser. Un tesoro inhallable que “solo aparece” y te aseguro, te hará vivir momentos inolvidables.

Estoy impaciente. Sueño ya, verte correr junto a tus primos. Pelear por la silla, por el tenedor o por cualquier otra cosa. Una demostración de personalidad que aparecerá lentamente con el atento cuidado de tus padres. Ellos, te harán un hombre de bien. Estaré siempre allí y daré todo para que lo seas.

Mi querido Felipe, te pido que cierres los ojos y oigas.
El abu siempre, hará lo imposible por mitigar tus tristezas. Seré capaz de inventar para vos, como 2 niños que se adoran, un mundo cargado de fantasías. Un sitio donde todo sea armonía. Lo tengo para vos. Es tuyo, para siempre

                                                                                      El abu peto